


El jardín zen de grava del Roan ji, un minúsculo rectángulo de trito con 15 piedras, y nada más y nada menos que eso; El pabellón dorado del templo del Sol (Rokuon ji); La gran puerta del Nanzen ji, como debería de ser la Rashomon, la puerta de la ciudad de Kioto del cuento de Akutagawa y la película de Kurosawa, si es que existió en algún momento.
"...vio una figura fantasma inclinada sobre un cadáver. Parecía una vieja, enjuta, canosa, con aire de monja ... Sobrecogido de horror más que de curiosidad, se olvidó incluso de respirar por un tiempo. Sintió que el cabello y la piel se le erizaban. Mientras observaba aterrado aquella escena, la vieja calzó la tea entre dos tablas del suelo y, agarrando el cadáver por la cabeza comenzó a arrancar uno a uno sus largos cabellos igual que una mona despioja a su prole. Aquellas hebras se desprendían suavemente al compás de sus manos..."
(Akutagawa R. "Rashomon" 1915)
Del mismo estilo son los cuentos populares recogidos por Lafcadio Hearn en "Kwaidan" a finales del s.XIX. El terror moderno japonés ya estaba todo aquí, solo faltaban las cintas de vídeo y las llamadas de teléfono.
"...vio una figura fantasma inclinada sobre un cadáver. Parecía una vieja, enjuta, canosa, con aire de monja ... Sobrecogido de horror más que de curiosidad, se olvidó incluso de respirar por un tiempo. Sintió que el cabello y la piel se le erizaban. Mientras observaba aterrado aquella escena, la vieja calzó la tea entre dos tablas del suelo y, agarrando el cadáver por la cabeza comenzó a arrancar uno a uno sus largos cabellos igual que una mona despioja a su prole. Aquellas hebras se desprendían suavemente al compás de sus manos..."
(Akutagawa R. "Rashomon" 1915)
Del mismo estilo son los cuentos populares recogidos por Lafcadio Hearn en "Kwaidan" a finales del s.XIX. El terror moderno japonés ya estaba todo aquí, solo faltaban las cintas de vídeo y las llamadas de teléfono.